Para cuidar un Arum en maceta, es fundamental proporcionarle luz indirecta brillante, riego regular evitando el encharcamiento, y un suelo bien drenado. También se recomienda fertilizar mensualmente durante la temporada de crecimiento y protegerla de temperaturas extremas y corrientes de aire. Iluminación: Las plantas de Arum prefieren luz indirecta brillante. Evita la luz solar directa, ya que puede quemar las hojas. Riego: Riega regularmente, manteniendo el suelo húmedo pero no empapado. Es mejor regar cuando la capa superior del suelo se seque, evitando que la maceta se encharque. Suelo: Utiliza una mezcla de tierra para macetas bien drenada, que puede incluir turba, tierra de jardín y arena o perlita. Fertilización: Fertiliza mensualmente durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado para plantas de interior. Temperatura: El Arum prefiere temperaturas moderadas y no tolera temperaturas extremas o corrientes de aire. Humedad: Las plantas de Arum se benefician de la humedad ambiental. Puedes rociar las hojas con agua regularmente o colocar la maceta sobre un plato con guijarros y agua, sin que la base de la maceta toque el agua. Poda: Retira las hojas muertas o dañadas para fomentar un crecimiento saludable y mantener la apariencia de la planta. Trasplante: Trasplanta la planta a una maceta ligeramente más grande cada año, preferiblemente en primavera, para asegurar un buen crecimiento de las raíces. Control de plagas y enfermedades: Vigila la presencia de plagas como pulgones o ácaros y enfermedades fúngicas, especialmente en condiciones de exceso de humedad. Utiliza insecticidas y fungicidas orgánicos si es necesario.
Toxica para animales y humanos!!!!