Para cuidar una Santa Rita, es fundamental ubicarla a pleno sol, regarla moderadamente evitando mojar las hojas, y protegerla de heladas, ya que es sensible al frío. Además, es recomendable podarla para estimular la floración y eliminar ramas secas o dañadas. Ubicación:
- Sol:La Santa Rita necesita mucha luz solar directa para florecer abundantemente, por lo que se recomienda ubicarla en un lugar donde reciba sol la mayor parte del día.
- Protección:Durante el invierno, es crucial protegerla de las bajas temperaturas y las heladas, especialmente si está en maceta, moviéndola a un lugar resguardado o cubriendo la base con acolchado natural.
- Evitar corrientes de aire:Es preferible que no esté expuesta a fuertes corrientes de aire o calefacción, ya que esto puede afectar su desarrollo.
Riego:
- Moderado:Se debe regar con moderación, evitando el encharcamiento. Una vez por semana en invierno y dos veces por semana en verano es una buena guía, pero se debe ajustar según las condiciones climáticas y la humedad del sustrato.
- Evitar mojar las hojas:Es mejor regar directamente sobre la tierra para evitar que las hojas se mojen y se puedan desarrollar enfermedades fúngicas.
Suelo:
- Ligeramente ácido:La Santa Rita prefiere suelos ligeramente ácidos. Se puede mejorar la acidez añadiendo unas gotas de vinagre al agua de riego, según algunos sitios web especializados.
- Sustrato adecuado:Si está en maceta, asegúrate de usar un buen sustrato para plantas trepadoras que drene bien el agua.